Columna del profesor Marcel Szantó, expero en manejo de residuos
Según el Banco Mundial, los 3.000 millones de habitantes urbanos generan 1.20 kg/día, lo que significaría cifras del orden de 1.300 millones de toneladas anuales. Asimismo, señala que hacia 2025, cerca de 4.300 millones de ciudadanos producirán 1,42 kg/día, (2.200 millones de toneladas anuales).
El mundo enfrenta el desafío de reconocer que una economía y una sociedad próspera no pueden concebirse sobre la base de una degradación ambiental, por lo que se requiere una gestión entre gobiernos, empresas, ONGs y ciudadanos.
En Chile se generan casi 17 millones de toneladas de residuos sólidos al año -de los cuales 6,5 millones son domiciliarios-, una de las tasas más altas de Latinoamérica.
Una gestión adecuada de residuos es una oportunidad no solo para evitar los impactos negativos de los residuos, sino también para valorizar recursos, lograr beneficios ambientales, sociales no económicos y avanzar hacia el futuro sostenible. Los verdaderos beneficios emergen cuando los residuos son tratados en origen.
Hoy la prioridad es la Ley de Fomento al Reciclaje. Sin embargo, no asoman sistemas de gestión que permitan una recuperación y valorización de acuerdo a las metas fijadas por la autoridad.
Los principales desafíos que tiene Chile son de conectividad, lograr acuerdos, para evitar inequidades en la búsqueda de soluciones, asegurar la transición hacia una economía circular, en la cual las empresas, los consumidores y las autoridades adopten este modelo sostenible con legislación sobre la Política de Productos Sostenibles, para garantizar que los productos estén diseñados para durar más tiempo, sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar, e incorporen en la medida de lo posible material reciclado.
Asegurar menos desperdicio con una nueva definición de diseño de productos. Declarar como principio el “derecho a reparar” como medida para acabar con la obsolescencia programada de los dispositivos tecnológicos y aumentar su ciclo de vida.
Chile, siguiendo el modelo de la CEE, debe determinar objetivos para incrementar el ciclo de vida y que estos productos tengan componentes “reparables o recambiables”.
Dentro de la política de manejo de RSU, se debe priorizar la educación, única herramienta que ha permitido una adecuada gestión que incentiva la minimización de los residuos para un mejor reciclaje.
En resumen, para lograr salir airosos de una gestión de residuos sólidos, se requerirán profesionales, recursos, voluntad política y lo más importante, EDUCACIÓN AMBIENTAL”.
* El profesor Marcel Szantó es experto en manejo de residuos y miembro del Comité Científico para el saneamiento del terreno Las Salinas en Viña del Mar.
Doctor Ingeniero en Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid y Master en Contaminación Ambiental de la Universidad Politécnica de Madrid; Ingeniero Constructor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Es académico de la PUCV y profesor visitante de la Universidad de Cantabria; profesor honorario de la Universidad de Cuyo; profesor y consultor de CEPAL-ILPES UN; catedrático de UNESCO; profesor asociado de la Universidad Politécnica de Madrid y Consejero Nacional de Medio Ambiente en Chile. Director del Grupo de Investigación de Residuos Sólidos (GRS).